Capítulo 15
Al observar la manera en que esas dos personas interactuaban, una forma que no era propia de simples amigos, Tomás sintió una fuerte sensación de repulsión en su interior.
Estaba a punto de preguntarle a Elena quién era en realidad esa persona, cuando escuchó lo que ella dijo, y en ese momento perdió toda compostura.
—Lo sé, fue mi culpa, Elena, ¿me perdonas por favor? ¿Puedes darme otra oportunidad? Te prometo que no volveré a cometer errores. En adelante, solo tendrás cabida tú en mi corazón, jamás volveré a buscar a otra mujer.
Estas promesas tan solemnes ya las había escuchado Elena en otra versión, causalmente cinco años atrás.
En aquel entonces, Tomás también las había pronunciado mientras intentaba conquistarla.
¿Y cuál fue el resultado?
Así que al verlo una vez más hacer semejantes promesas tan estúpidas en persona, Elena solo pudo encontrarlo ridículo.
—¿Por qué crees que abandonaría una vida liberada para regresar contigo y continuar una existencia matrimonial peor que la mue

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