El esposo de Rosa López era Sergio Vargas, el Invencible del mundo jurídico de Solarena.
A ojos de los demás, ellos eran la pareja perfecta.
Y la persona que la había enviado a la cárcel también había sido él.
Todo porque su primer amor, en un arrebato de pasión, había cometido un homicidio y había matado al padre de Rosa.
Y el hombre que se suponía debía defenderla y darle justicia se había sentado frente a ella, sacando incluso las pruebas del crimen que la señalaban como sospechosa de asesinato.
Durante los tres años en prisión, ella había sufrido tormentos sin fin.
Y él solo le había dejado una simple: lo siento.
Te estaré esperando…