Capítulo 91 Un cierre definitivo
Andrea, encendida por la vergüenza e indignación, exclamó: —¡Julia, yo fui quien salvó a Diego! Eso lo sabe mucha gente. No porque lo digas con mala intención puedes difamarme.
—¿Difamarte? ¿Tú crees que mereces que yo te difame? —Julia arrastró a Andrea de regreso a la orilla y luego la soltó de un empujón.
Andrea cayó estrepitosamente sobre la arena húmeda.
Su cuerpo, su rostro y su cabello quedaron cubiertos de granos de arena y, junto con la ropa empapada, su aspecto resultaba completamente lamentable.
En ese instante, parte de la ropa de Julia también estaba mojada, pero en ella no había el menor rastro de desorden; incluso transmitía una calma imperturbable, como si estuviera en pleno control de la situación.
—Aunque hagas esto no servirá de nada, ¡la persona en la que Diego confía soy yo! —Andrea se levantó apresuradamente y lo miró—. Diego, ¿verdad que sí?
Diego, como si recién despertara de un letargo, encontró la mirada cargada de expectativa de Andrea. Apretó la mandíbula y

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