Capítulo 84 Ir a tu casa a cocinar

—Aunque no lo sea de profesión, he diseñado mucha ropa —dijo Susana—. Si se unen a mi equipo, no los defraudaré. Los diseñadores sintieron un leve remordimiento. Se habían unido a Susana porque, en el fondo, dentro de la empresa ocupaban un lugar insignificante. Aunque se pasaran al equipo de Dolores, tampoco serían tomados en serio. En cambio, junto a Susana al menos podían participar y ser escuchados. Lo que no esperaban era que ella realmente se dedicara a ayudarlos a mejorar. —Señorita Susana, también me esforzaré para no decepcionarla —dijo la diseñadora de rostro redondo. Los otros tres se sumaron de inmediato. —¡Nosotros también! La mirada de Susana se suavizó. —Entonces, sigan diseñando. Si surge algún problema, pueden venir a preguntarme cuando quieran. Ellos volvieron a sus lugares y pronto se sumergieron en el trabajo. Los diseñadores de Dolores, en cambio, no regresaron sino hasta una hora después. Junto a Gloria, la diseñadora de rostro redondo, se sentó alguien que la mir