Capítulo 18

De todos modos, tal como dijo Miguel, es probable que Silvia no volviera. Sin embargo, aunque Julio se abandonara a sí mismo, ella tampoco regresaría. Ricardo y los demás lo llevaron al hospital. Al verlo despertar, Ricardo por fin soltó un suspiro de alivio y empezó a hablarle, sin parar: —Julio, sé que no estás bien, pero por mucho que te sientas mal, no deberías jugar con tu vida, ¿no crees? —Si de verdad te hubieras muerto, Silvia jamás sabría que te arrepentiste. Aunque a Miguel le gusta, tampoco la ha encontrado aún. Todavía tienes una oportunidad. Incluso si no pueden volver a estar juntos, al menos deberías explicarle todo lo que ha pasado y decirle que te arrepientes. —¿Acaso quieres que siempre tenga una mala imagen de ti en su corazón? ¿De verdad quieres que te odie toda la vida? Julio escuchaba, con el semblante levemente alterado. Pasó un buen rato antes de que asintiera: —Tienes razón. Tengo que encontrarla y pedirle perdón, explicarle todo. Tal vez me perdone. Ricardo y