Capítulo 82
Ella ya de por sí no se sentía segura estando sola.
Ana dijo: —Es muy tarde, no voy a volver.
Leticia la descubrió: —¿Será que tienes miedo?
Ana, terca: —Todo eso es falso, ¿qué hay que temer...?
Antes de que pudiera terminar su frase, Elena se acercó sigilosamente a su oído y la asustó a propósito, lo que hizo que se sobresaltara, provocando que las otras dos mujeres se rieran a carcajadas.
Ana se quedó sin palabras.
Tragó saliva: —Asustar a alguien puede matarlo, ¿ustedes no lo saben?
—¿No eres valiente? —dijo Leticia. —¿Por qué te empeñas en ver esta televisión tan aterradora?
—Pensé que como estamos muchas, pero quién iba a saber que todas ustedes son unas cobardes.
Varias botellas de cerveza ya se habían terminado y la mesa estaba desordenada.
—Ana no se va, ¿puedo quedarme yo también? —preguntó Elena.
Ella se sentía un poco asustada.
Leticia respondió: —Aquí solo tengo una cama...
—No importa, no me importa apretarme.
Como Elena ya lo había dicho, Leticia no podía rechazarla: —Es

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