Capítulo 114
Lo correcto era correcto y lo incorrecto seguía siendo incorrecto.
Ana conversó con Pablo durante un buen rato. Cuando lo vio quedarse dormido, le acomodó con cuidado la manta y salió de la habitación con el vaso que contenía alcohol.
Llamó a Julio y le dio una instrucción: —Julio, te voy a encargar una tarea.
Él, enérgico, respondió: —Dígame, señora Ana.
—Quiero que vigiles al abuelo Pablo. No importa nada más, solo asegúrate de una cosa: que no beba alcohol.
—De acuerdo, le prometo que cumpliré la misión.
Julio era un hombre que Pablo había puesto a disposición de Ana; tanto en la casa de los Ruiz como fuera de ella, seguía sus órdenes sin dudar.
Pero esta vez, Ana lo había puesto a vigilar al propio Pablo.
Él no se lo esperaba. Pero a partir de ese momento, ya no podría beber más.
Después de dar las instrucciones, Ana fue a la cocina.
Encontró trigo fresco, lo lavó y lo dejó en remojo.
Al día siguiente podría sacarlo para dejarlo germinar.
Preparar melaza no era complicado; lo más i

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda