Capítulo 70

Norma reunió valor y salió corriendo. Miró a ambos lados y preguntó en voz baja: —Srta. Laura, ¿y Ana? Ellos ya se habían cambiado de ropa hacía un buen rato, pero Ana aún no salía. Laura negó con la cabeza; ojalá esa tal Ana desapareciera de una vez. Javier estaba enfadado, realmente enfadado. Sentado en un taburete alto al otro lado, sostenía su copa y bebía con calma. El aura peligrosa que emanaba a su alrededor hacía que nadie se atreviera a acercarse; ni siquiera Laura se atrevía a ir hasta él. Mientras hablaban, varias chicas se acercaron y rodearon a Laura y a las demás. La familia García, en realidad, no tenía derecho a asistir a esa fiesta privada, pero gracias a Javier, Laura se había convertido en el centro de atención. —Srta. Laura, Norma, ¿de qué están hablando? —Estamos planeando ir mañana a Residencial La Colina a divertirnos. Srta. Laura, usted podría hablar con el Sr. Javier; cada vez que usted se lo pide, él acepta. Laura dejó de lado sus pensamientos y, con una sonri