Capítulo 95
Carolina se llevó la mano a la frente y se presionó levemente el entrecejo. —Estoy muy cansada, necesito descansar.
Tras una pausa, añadió: —Melchor, estos dos años no has escatimado ni en recursos ni en atenciones con Lilia, ¿verdad?
La expresión de Melchor se cubrió de desconcierto; no entendía por qué de repente ella volvía a sacar el tema de Lilia.
Sentía que Lilia se había convertido en un abismo imposible de salvar entre los dos.
Allí estaba, en medio de ambos, sin que él pudiera hacer nada al respecto.
—A esa Lilia, a la que llevabas años sin ver, le has dedicado dinero y energías, ¿y conmigo lo único que tienes cada día son súplicas de perdón?
—Has roto tu promesa, ¿por qué debería perdonarte?
En el fondo lo que quería decir era: "mira la diferencia de trato entre nosotros, ¿cómo tienes la cara de decir que me amas?"
Carolina bajó los ojos; bajo sus largas pestañas brillaba una burla evidente.
"Hace mucho que me decepcionaste, nunca volveré atrás".
Melchor se quedó pasmado un i

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