Capítulo 948
Lorena curvó ligeramente los labios. —Acabas de regresar, sé que durante esta quincena estarás muy ocupado; Isidro tendrá que reunirse contigo y seguro no tendrás energías para cuidarme. No te preocupes, yo también haré algunas cosas para ayudarte. Al fin y al cabo, si nos esforzamos juntos y conseguimos cuanto antes ese puesto de patriarca, ¿acaso tu padre no te devolverá a tu hijo?
Pedro guardó silencio y abrió lentamente los ojos.
Cuando sus miradas se encontraron, en el fondo de los ojos de Lorena solo se hallaba sinceridad.
Ella ya sabía de la existencia del niño; ese era el punto débil de Pedro, pero no le había importado.
Desde aquella vez que decidió dejar atrás todo el pasado, se dijo a sí misma que lo único que importaba era que Pedro siguiera vivo.
Pedro la estrechó con más fuerza, tanto que parecía querer fundirse con su propio cuerpo.
—Ese niño... poco a poco te contaré.
Lorena yacía en la cama y notó que él temblaba levemente; no pudo evitar preguntar: —¿No será mi hijo,

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