Capítulo 74
Después de ir de compras, ya eran casi las diez de la noche al regresar.
La noche era fresca y un poco fría, y Patricia, que ahora sentía mucho frío, llevaba puesto el abrigo de Ignacio, lo que hacía que pareciera muy delgada, con una cintura aún más estrecha y un rostro algo cansado. Ignacio fue a buscar el coche para llevarla a casa.
Una vez en el coche, Patricia no tenía fuerzas para apoyarse en el respaldo del asiento; con las piernas blancas ligeramente dobladas, se apoyó suavemente y dijo: —Llévame al estudio.
—¿Tu casa queda lejos del estudio?
—No mucho.
Con voz suave, Ignacio dijo: —Entonces te llevo directo a casa.
—No hace falta, voy a recoger unas cosas en el estudio.
Patricia hablaba con voz cansada, y sus párpados se cerraban poco a poco, vencida por el sueño.
Ignacio bromeó: —No seré tan peligroso, ¿verdad?
—No. —negó Patricia. —No es eso, es que antes entraron ladrones en mi casa. No se llevaron nada, pero rompieron las cámaras de seguridad y recibí una

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