Capítulo 19
Abelardo la miraba desenfadado, sin replicar, apenas con una leve sonrisa dibujada en los labios.
Gloria, al ver su actitud, se irritó aún más. —Abelardo, ya estamos divorciados, no sigas molestándome. Si continúas así, ni siquiera podré mantener mi negocio.
Abelardo simplemente permaneció ahí, agachó la cabeza como un niño regañado.
—Glori, no voy a buscar a nadie más, solo sé hacerlo así; así fue como te conquisté la primera vez.
Ella quedó un instante perpleja.
En efecto, Abelardo nunca supo cómo cortejar a nadie; únicamente sabía demostrar torpemente su posesividad, utilizando su estatus de heredero de la familia Torres para mantener a los demás alejados de ella. Fue esa torpeza a la hora de amar lo que la atrajo al principio, creyendo que él siempre sería así solo con ella. Pero, ¿quién iba a imaginar que incluso amando de esa manera acabaría hiriéndola?
—Abelardo, no tienes por qué ser así —soltó una carcajada fría—. Ya lo he dejado muy claro: lo nuestro es imposible.
Ella contin

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