Capítulo 30

"¡Tienes que estar bromeando!" Su cálido aliento me hizo cosquillas en la oreja y mi cuerpo tembló al instante. Su rostro estaba tan cerca del mío mientras se inclinaba hacia mí, para luego colocar una mano en mi hombro. Mi cuerpo se puso rígido de inmediato cuando sentí el calor de su palma y sus ojos ardiendo en mi cara. "¿Cómo debería castigar a una chica traviesa como tú?" Preguntó Osirio burlonamente, mientras una hermosa, pero inquietante sonrisa curvaba sus labios. "Osirio..." Susurré su nombre en un tono de súplica. Todo era tan ridículo. De repente, una de sus manos rodeó mi espalda mientras la otra pasaba debajo de mis rodillas. Al momento siguiente, él levantó mi cuerpo con total facilidad, por lo que no pude evitar dejar escapar un grito de sorpresa. Rápidamente, comencé a luchar y patear para poder liberarme. "Te sugiero que afrontes esto con madurez. Después de todo, eres una mujer adulta", me dijo Osirio con calma, mientras sus brazos me apretaban con fuerza. "¡Detente!