Capítulo 31

“Ahh… Ahh… ¡Ahhhh!” Comencé a gemir repetidamente mientras arqueaba la espalda, empujando mi pecho hacia su mano. “Eres una pequeña z*rra, Margarita. Tus gemidos traviesos se vuelven cada vez más fuertes…” dijo Osirio, claramente satisfecho. De hecho, se me hacía cada vez más difícil poder concentrarme mientras mi cuerpo se derretía con cada una de sus placenteras caricias. Ahora que mis muñecas estaban atadas, las manos de Osirio estaban libres para jugar con mi cuerpo, por lo que de inmediato agarraron mis senos simultáneamente antes de bombearlos juntos, provocando que gritara ante la intensidad del placer que me estaba haciendo sentir. En tanto, observé el hermoso rostro de Osirio mientras él también contemplaba mis reacciones. A continuación, sus dedos pellizcaron mis pezones y mi cuerpo comenzó a retorcerse. Jadeé y gemí mientras él hacía rodar mis pezones endurecidos entre sus dedos para finalmente tirar de ellos. Definitivamente, era una sensación increíble. Mi cuerpo estaba mu