Capítulo 54

Sus labios presionaron firmemente los míos y me entregué a él sin reservas. Finalmente pude atisbar sus sentimientos. El contacto de nuestros labios me causaba una sensación de calidez, pero no se trataba de un beso suave. Su beso se hizo más profundo de repente; su lengua separó mis labios y se hundió profundamente en mi boca. Dejé que se deleitara con mis labios en un beso punitivo. La calidez de sus labios sobre los míos, su lengua dentro de mi boca y la proximidad de su cuerpo, me recordaron que él todavía estaba allí conmigo, vivo. Aunque él me inspiraba temor, no podría negar que una inmensa sensación de alivio inundó mi corazón, haciendo que un calor reconfortante recorriera mi cuerpo. Su beso se hizo más intenso cuando su lengua rozó la mía, haciéndome gemir en su boca. Sus manos acariciaron mi cintura; luego, me atrajo hacia él, hasta que nuestros cuerpos estuvieron en estrecho contacto. Aquella sensación de calidez era maravillosa. Mis pensamientos no eran claros; cediendo a