Capítulo 232

Alejandro también vino, algo que no esperaba. Aunque tenía sentido. Hoy se realizaría la prueba de las luces, y como el gran propietario del parque de atracciones, era lógico que quisiera verlo de antemano. Mientras nos mirábamos, Alejandro se acercó. Sentí calor en mi mano; Adrián la había tomado. Hay que admitir que Adrián desempeña muy bien su papel de novio cuando Alejandro está presente, mostrando una actitud dominante como si marcara su territorio. La mirada de Alejandro recorrió nuestras manos entrelazadas. Su expresión no mostraba disgusto y su tono era tranquilo y sereno: —¿A qué hora empieza? Tanto Adrián como yo comprendimos su intención; había venido a ver la prueba de luces. —En diez minutos. —Respondió Adrián. —¿Dónde es el punto de observación? —Preguntó Alejandro. Adrián apretó mi mano un poco más y me miró, como consultándome. Él ha presenciado esto innumerables veces; sabe perfectamente dónde es. Pero al darme la elección, simplemente quería respetar mi opinión