Capítulo 29
Lourdes apartó sus pensamientos y miró al hombre frente a ella, mostrando una sonrisa radiante.
—De verdad, cambiaste mucho al crecer.
—Pues en realidad, no te mentí del todo.
Ignacio dio un paso al frente y la miró.
—¿Qué dijiste?
—Dije que, en serio, me gustas.
—No digas tonterías. —Lourdes retrocedió al ver la cara atractiva del hombre acercarse—. Tengo cosas que hacer, me voy.
Ignacio gritó al ver la silueta de la mujer alejarse.
—Recuerda venir a trabajar mañana.
Al oír eso, ella se detuvo y giró la cabeza con incredulidad.
—¿Qué acabas de decir?
Él sonrió, con amabilidad. —Considéralo un agradecimiento por haberme ayudado en ese entonces.
Lourdes sonrió ligeramente. —Gracias.
Salió de la empresa y sacó el celular para hacer una llamada.
Roberto, que hacía mucho no recibía una llamada suya, se emocionó.
—¿Lourdes? ¿Por qué me llamas?
—¿Estás libre esta noche? Quiero invitarte a cenar.
La voz de ella se escuchó fría, sin emoción.
—Claro.
Roberto aceptó sin dudarlo.
Desde la última

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