Capítulo 85 No quiero casarme contigo

Al escuchar esto, el rostro de Manuel cambió de forma drástica, poniéndose rojo como el sol poniente en un cuadro de Dinamarca, con una expresión furiosa. —¡Cómo te atreves a hablarle de esa forma a Ricardo! ¡Ya te estás pasando definitivamente de la raya! ¡Hoy mismo te voy a dar una buena lección! Dicho esto, caminó enfurecido hacia Mónica, levantó la mano para golpearla, pero Isabel lo detuvo con fuerza del brazo. —Manuel, Moni seguro que no lo hizo de manera intencional. No te enojes, estamos en el hospital, y sería desastroso que nos vieran. Isabel habló con rapidez para calmarlo, mientras le hacía un ligero gesto a Mónica para que dijera algo suave. En los ojos de Mónica brilló una suave chispa de frialdad, y respondió con total indiferencia: —Ricardo me pidió que le trajera agua. La traje y se la di de beber. ¿Qué he hecho mal? —¡Qué hábil eres con las palabras! ¡Parece que esa bofetada no te sirvió de nada! ¿No es así? Manuel, con el rostro lleno de ira, la observaba