Capítulo 5
Me desabroché el cinturón y bajé del auto para mirar a la gente que estaba delante.
Mónica yacía en el suelo; los muslos y los brazos estaban bañados de sangre.
—Deberías darte por agradecida: el frente de mi auto quedó abollado por el impacto; si no, con esto te habrías muerto.
—¡Daniel, Daniel no te dejará!
Tomé el bolso que llevaba en la mano y levanté la barbilla de Mónica.
Ella me miró, desafiante y resentida.
—Sí, me resulta agradable que sigas sin fingir.
Recogí mi bolso y me sacudí el polvo.
El grupo que estaba detrás también llegó.
La camisa del brazo derecho de Daniel estaba hecha jirones; se le veía la piel raspada y sangrando.
Él sujetaba a Mónica con urgencia.
Llamé a la ambulancia y le lancé el bolso a Miguel.
—Ese auto, de segunda mano, vale unos veinte mil dólares; con eso le alcanzará para sus gastos médicos.
—Claudia.
—¡Claudia!
Las palabras se amontonaban en mi boca; apreté los labios y me fui.
Caminé presurosa para alejarme de la escena.
Al doblar la esquina, apoyán

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda