Capítulo 301 Esperándote
Rafael acababa de respirar aliviado cuando, de repente, el teléfono interno sonó, poniéndolo nuevamente en tensión: —¡Presidente Ángel, a sus órdenes!
—Compra un billete, voy a Ciudad Melancólica.
—Está bien...—Rafael, confundido, se preguntó: ¿No acaban de regresar de Ciudad Melancólica?
Sin tiempo para pensar más, Ángel colgó el teléfono y salió de la oficina, con Rafael siguiéndolo rápidamente.
Ángel dijo: —Organízalo, voy a inspeccionar la sucursal de Ciudad Melancólica.
—Así es.
Rafael, pensando rápidamente, llegó a la conclusión de que el presidente Ángel estaría en Ciudad Melancólica solo por un corto periodo.
—Lo organizo de inmediato.
Al llegar al ascensor, la puerta se abrió y dentro, Inés se sorprendió, luego sonrió adecuadamente.
—Presidente Ángel, ¿va a salir? ¿Podría darme diez minutos de su tiempo? Tengo un informe de trabajo que presentarle.
......
Por su parte, Silvia ya había dejado de lado esos asuntos menores, concentrándose en el trabajo, ocupada hasta la hora de s

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