Capítulo 1234

Gabriela, sin embargo, vio que la mayoría de los comentarios eran insultos dirigidos hacia ella, exigiéndole que devolviera el dinero. Soltó una risa fría. —Un montón de muertos de hambre, quieren hacerse ricos y ganar dinero, pero ni siquiera se atreven a arriesgar su propio capital. ¿Cómo pretenden hacerse millonarios? A Gabriela no le pareció nada grave y se tumbó a dormir tranquilamente. Pero no pasó mucho tiempo antes de que alguien la arrastrara del pelo hasta tirarla al suelo. Gustavo le dio una cachetada. —Te dije que resolvieras este asunto, ¿y tú solo escribiste unas cuantas palabras pensando que ya estaba todo arreglado? ¿Quién te dio permiso para dormir aquí? Gabriela aguantó el dolor. —Yo... yo creí que no sería gran cosa. Después de todo, Promesas Inversiones es un gran grupo internacional; todo el mundo confía en nosotros. —¡Idiota! Ya hay autoridades viniendo a investigar este proyecto de inversión. Si surge algún problema, ¿acaso crees que tienes más de una vida? —Pero