Capítulo 23

¿Cómo no estar enojada? Aunque Víctor y yo no compartamos sentimientos, el hecho de que él salga con otra mujer y le regale flores y anillos de diamante antes de divorciarse de mí, haría enojar a cualquier mujer. Puedo imaginar cómo María me vencía una y otra vez antes de perder la memoria. Le dije a Anita: —Estoy enojada, pero, ¿acaso no estaría cayendo en su trampa si me dejo llevar por el enojo? Anita, tú tampoco te enojes, simplemente observemos lo que hacen. Anita se quedó callada un buen rato al otro lado del teléfono y finalmente dijo: —Sare, realmente me duele por ti. Ella sollozó: —Eres tan buena, ¿por qué Víctor no te ama? Me irrita que claramente María tenga malas intenciones y nadie lo perciba. Guardé silencio. Anita continuó hablando sin cesar. Sin embargo, mi corazón se fue calmando gradualmente. Le dije: —Anita, si de verdad te importo, no hables más de Víctor. Anita parecía medio convencida: —Sare, ¿estás realmente bien? Antes, no importaba lo que hiciera Víctor, siempr