Capítulo 7
Sofía fue despertada por los vaivenes del vehículo.
Cuando abrió los ojos, ya se encontraba frente al almacén donde antes la habían mantenido cautiva.
Julián le había vuelto a atar las manos y los pies.
La arrastró fuera del auto con frialdad y gritó con voz potente hacia el almacén: —¿Dónde está María? ¡He traído a la persona y el dinero, tal como lo pediste!
¡Bum!
El hombre de la cicatriz abrió de par en par la gran puerta del almacén, dejando al descubierto todo su interior.
María estaba firmemente atada a una silla; sus ojos, llenos de lágrimas, miraban a Julián con una chispa de esperanza.
Al ver a Sofía bien amarrada, la comisura de los labios de María se curvó en una leve sonrisa.
—¿Trajiste el dinero?
El hombre de la cicatriz levantó la barbilla hacia Julián y luego colocó el cuchillo en el cuello de María. —Diez millones de dólares, ni un centavo menos.
Julián sacó una caja fuerte del auto y la arrojó al suelo con fuerza, levantando una nube de polvo.
—Aquí hay cinco millones

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda