Capítulo 31 Nunca volvamos a vernos

Los ojos de Rafael se iluminaron de repente. —Perfecto, entonces. Puedo ayudarte a encontrar el mejor equipo de abogados para que se encargue de tu divorcio —dijo Rafael. —No hace falta, este asunto lo manejaré yo sola —respondió Julia. Rafael arrugó la frente. —¿Qué más tienes que pensar? —No es indecisión, simplemente no quiero que el divorcio se prolongue demasiado —explicó Julia. Si llegaban a juicio, ya no sería posible divorciarse en poco tiempo—. Si de verdad surge alguna dificultad y necesito ayuda, te lo pediré. Las cejas de Rafael se relajaron entonces. —Está bien, esperaré buenas noticias de tu parte. Después de cenar con Sara y Rafael, Julia fue a la comisaría a rendir declaración, y Sara y Rafael insistieron en acompañarla. Sara, como testigo presencial en la fiesta, también prestó su declaración. Julia supo por los policías que Nora y Cecilia estaban detenidas y que, para salir bajo fianza, se requería una suma muy elevada. En cuanto a los dos hombres que intentaron agred