Capítulo 47 Obligarla a abrir la urna

Julia también se sorprendió, no esperaba encontrarse con Andrea. —¡Por supuesto que vine a tomar un avión! —Sara, que estaba a su lado, respondió antes que Julia: —¿Qué pasa, acaso los pasajeros en la sala de embarque necesitan tu autorización? La expresión de Andrea cambió levemente. —¿No ibas a divorciarte de Diego hoy? Julia, ¿acaso cambiaste de opinión y no quieres separarte de él? Julia respondió con frialdad: —Diego y yo ya estamos divorciados. De ahora en adelante, lo que tú y Diego hagan no tiene nada que ver conmigo. Andrea se relajó. Mientras Julia y Diego estuvieran divorciados, todo estaría bien; así ella podría estar con Diego abiertamente. Sin embargo, al ver la cara gélida de Julia, un sentimiento de disgusto surgió en su interior. —Por cierto, ya deberías haber recibido los ciento cincuenta y tres mil dólares, ¿no? —dijo Andrea de repente—. Y hablando de eso, eses dinero solo pudo ser entregado porque yo empeñé un anillo. Julia, ¿no crees que deberías agradecerme? —¡Mal