Capítulo 1037

“¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡Ayuda! Ayuden-”. Antes de que Xavia pudiera gritar más, ¡Quillan le tapó la boca con una toalla blanca! Aunque ella se retorció con fuerza para escapar de su agarre, Xavia sintió que su vista se estaba nublando lentamente. Muy pronto, dejó de luchar. Al mismo tiempo, las orejas de Gerald se estremecieron repentinamente en su profundo sueño. Aún dentro del calabozo, abrió los ojos lentamente. En el momento en que lo hizo, sus ojos brillaron brevemente con un verde fluorescente antes de volver a la normalidad unos segundos después. Gerald se sorprendió al saber que ahora podía ver hasta el más mínimo de los detalles dentro de la celda del calabozo, a pesar del hecho de que estaba casi completamente oscuro allí. Su capacidad auditiva enormemente mejorada también fue una agradable sorpresa. Mientras él quisiera, ahora aparentemente podía escuchar las cosas con claridad, ¡incluso si estaban muy lejos! Sentado, Gerald lentamente se puso de pie antes de