Capítulo 60

Lorena le soltó la muñeca de un tirón, con el rostro helado: —¡Fui yo quien le pidió el divorcio a Salvador! ¡Es él quien no quiere firmar! Si de verdad te preocupa que tu hijo pierda el tiempo conmigo, ¿por qué no lo convences tú? ¿Para qué vienes a desquitarte conmigo? A un lado, Óscar se mostró algo sorprendido. Ella, quien siempre había sido sumisa y complaciente con los miembros de la familia Herrera, al punto de intentar ganarse su aprobación a toda costa, ahora mostraba una actitud completamente firme. Parecía que realmente ya no le importaba Salvador, y por lo tanto, tampoco los Herrera. Isabella ya había sentido en su momento que algo en ella no andaba bien, pero ahora su rostro se enrojeció de pura furia. —¡Tú! De repente soltó una risa sarcástica: —¿Sabes lo que Salvador dice de ti? Que eres una interesada, que te casaste con él solo por su estatus y su dinero. Estos años no te han sido fáciles, ¿verdad? Por lo que sé, casi no te ha dado dinero. ¿Pero sabías que le compró un