Capítulo 127

Francisco solo pudo responder con una evasiva: —Señorita Carmen, solo soy un asistente, ¿cómo podría conocer el paradero de la señorita Rocío? El rostro de Carmen se endureció y, con una mirada escrutadora, fijó su atención en Francisco: —Asistente Francisco, hay cosas que no he mencionado directamente, pero no deberías mentirme. No creo que realmente no sepas nada. —Por supuesto, comprendo tus preocupaciones, después de todo, fue el presidente Tomás quien ordenó no revelar su ubicación. Pero estoy preguntando por Rocío, incluso si el presidente Tomás te pregunta, tendrás cómo justificarte. —Además, debes saber qué relación tengo con el presidente Tomás. A pesar de los eventos inesperados, seguimos siendo pareja y, si todo sigue según lo previsto, seré la futura primera dama. —Asistente Francisco, seamos sensatos. Si me haces este favor ahora, no lo olvidaré en el futuro, pero ¿estás seguro de querer contrariarme por algo tan bobo? Sus palabras terminaron con una amenaza. Carmen, impac