Capítulo 32

¿Dónde se ha visto algo así? Quejarse solo porque alguien no lo acompaña a comer. Ella había pensado que Javier la había llamado porque necesitaba algo, pero al final no era nada. ¿La estaba fastidiando por diversión? Javier no tenía ningún asunto pendiente, y Ana, en cambio, sí que estaba ocupada aquella tarde. En los últimos días había estado buscando trabajo. Ana, indignada, se sentó y, con la cabeza gacha, se dedicó a comer sin parar. Al cabo de un rato, ya había olvidado por qué estaba molesta. Hmm, esta carne está deliciosa… Javier curvó levemente la comisura de los labios; quizá, al verla comer con tanto apetito, hasta a él le parecía que la comida de ese día sabía mejor. Cuando Ana salió de la casita, estaba tan llena que casi no podía más. Volvió a mirar en dirección a la vivienda, con sentimientos encontrados. ¿Acaso Javier la había llamado a propósito solo para que comiera con él? Con esos gestos repentinos, Ana no podía evitar sentirse algo inquieta. De regreso, dejó de pen