Capítulo 33

Ana rechazó sin la menor vacilación. Ya había pensado antes en buscar la ocasión de darles una paliza a esos que la maltrataban. Pero también se decía que, ante una sonrisa, era difícil descargar toda la rabia; y ahora, al ver que aquellos se le acercaban sonrientes, Ana decidió no levantar la mano. Sin embargo, su negativa provocó de inmediato la molestia de ambos. —Te invitamos a salir porque te valoramos, ¿y así nos desprecias? —Con tu condición, lo lógico sería que te rompieras la cabeza por entrar en nuestro círculo, ¿y ahora te haces la digna? —¿Qué asunto tan importante puedes tener? ¿Vas a buscar trabajo? Pues no pierdas el tiempo: si nos ofendes, en todo AeroEstrella no encontrarás empleo. Ana, de golpe, se indignó. Así que ahí estaban los verdaderos culpables de que no consiguiera trabajo. David la observaba con aire triunfante y dijo: —¿No es solo trabajo lo que buscas? Sales a divertirte con nosotros una noche y mañana mismo te consigo empleo, ¿qué dices? Ana tensó el rostr