Capítulo 19

Tres años bastaron para que todo encontrara su lugar. El nombre de Mariana ya resonaba con fuerza y respeto en el mundo del diseño. Su estudio había duplicado su tamaño. Sus obras, que fusionaban estética oriental y diseño moderno, brillaban en los principales pabellones internacionales, acumulando premios. Ya no era la sombra de nadie. Era ella misma: la diseñadora Mariana. Su vida era plena y serena. No se apresuró a iniciar un nuevo matrimonio; prefería disfrutar de un ritmo que solo ella controlaba. Su relación con Gabriel era estable y cómoda: compañeros en lo profesional, confidentes en lo personal. El respeto, la comprensión y la compañía de Gabriel le ofrecían una paz y una seguridad que nunca antes había conocido. No tenía prisa por decidir si avanzar más allá; disfrutaba de ese equilibrio entre independencia y conexión mutua. Su mirada era firme y luminosa. Las cicatrices del pasado, sanadas por el tiempo, se habían vuelto fortaleza y serenidad. Irradiaba una luz cálida y pod