Capítulo 100
—¡Me mentiste!
—Belén. — Esther intentó detener a Belén con la mano, pero no lo consiguió. Belén entró directamente en la habitación.
Al ver a la persona enferma en la cama, Belén lo miró con tristeza y extendió la mano para tocar su rostro, notando que tenía una fiebre alta. —Vicente, ¿cómo has podido enfermarte tanto?
Cuando Belén tocó su frente, sintió el intenso calor. ¿Qué estaba sucediendo?
Le dio suaves palmadas en la cara a Vicente, intentando despertarlo. —Vicente, despierta. ¿Vamos al hospital, está bien?
En ese momento, Esther entró en la habitación. Sus ojos reflejaban frialdad, pero rápidamente ocultó cualquier emoción. —Belén, ¿dónde has estado estos días? Vicente, buscándote, perdió su competencia y ahora tiene una fiebre que no cesa. Solo puedo cuidarlo aquí.
—¿Le diste medicina? —preguntó Belén.
—Ya la tomó. Ha tenido fiebre intermitente estos días y siempre quería salir a buscarte. —respondió Esther.
Vicente yacía en la cama sin camisa y, al tocar su p

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