Capítulo 1018

En la puerta, Samuel sonrió complacido. Lo sabía, siempre lo había sabido. Luciano estaba sorprendido. Esa noche quería confesar sus sentimientos; si las dos familias podían unirse en matrimonio, sería sin duda alguna una gran fortuna. Pero, por lo que veía ahora, Camila ya tenía su corazón ocupado desde hacía tiempo. Ella puso la mano sobre su vientre y de sus delicados ojos se desbordó una ternura maternal. —También, estoy embarazada; el bebé es de Samuel. Ya tengo más de cinco meses. Luciano quedó aún más impactado. Camila tenía las extremidades finas y, como llevaba un vestido suelto, no se notaba para nada que estuviera embarazada. Sin embargo, Luciano era un hombre que sabía aceptar y soltar. Esbozó una sonrisa amarga. —Camila, felicidades. Ella sonrió complacida. —Luciano, gracias, es bueno tener a un amigo como tú. Camila era una mujer con gran sentido de la medida. Antes de que Luciano pudiera declararse, ella eligió sincerarse, evitando de esa manera que él se sintiera incómo