Capítulo 97 La amenaza de Tomás
Las palabras de Simón fueron tan impactantes que parecía imposible recuperar la calma.
Daniel quedó tan sorprendido que abrió los ojos de par en par, mientras que Ximena se quedó con la boca abierta. Ambos, Daniel y Ximena, giraron la cabeza al mismo tiempo, mirando a Simón con expresiones de asombro.
Ximena, que no lo conocía, sintió que el rostro de Simón le resultaba algo extraño, y en tono sombrío lo reprendió.
—¿Y tú quién eres, un miserable campesino? ¿Cómo entraste aquí? ¿Cómo te atreves a decir semejantes mentiras? ¡Lárgate de inmediato o haré que los guardias te saquen a golpes!
—Es mi asistente. Yo lo traje y no puede irse.
Intervino Rocío, dándole a Simón esa identidad.
—¿Tu asistente? ¿Y trajiste a un campesino vulgar para que sea tu asistente? ¿No, me digas que lo contrataste en un mercado de trabajo, como a un jornalero más?
Ximena cambió de expresión al instante, notando una oportunidad, y empezó a provocarla con sarcasmo.
—¿Contratar a alguien así como asistente? ¿Eso e

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