Capítulo 17

Esta noticia fue impactante. Regina alzó la cabeza de golpe, con los ojos inyectados en sangre, y miró fijamente a Braulio. —¡Eres un hombre despreciable! —¡No, no es así, tía Regina! —¡Muérete! —Nadie supo de dónde sacó fuerzas Regina, pero tomó el soporte metálico del micrófono que tenía al lado y, con todas sus energías, lo estrelló violentamente contra la rodilla de Braulio. ¡Crack! El sonido del hueso fracturándose se mezcló con el grito desgarrador de Braulio, que retumbó en toda la sala. La pierna de Braulio se dobló en un ángulo antinatural y el dolor insoportable lo hizo desmayarse al instante. Después de desahogarse, Regina cayó al suelo y, casi al borde de la desesperación, le preguntó a Santos. —Tú ya sabías que esa persona era un impostor, ¿verdad? Santos se acercó lentamente a Regina, la miró desde arriba y respondió en voz baja: —Por supuesto. —Incluso el hecho de que Braulio creyera que su compañero era "de una familia de médicos tradicionales" fue algo que yo planeé cu