Capítulo 18
Aprovechando el buen ánimo de Santos, Cecilia lo llevó a recorrer varios lugares más y, al final, terminaron en la casa de los Herrera.
En la hacienda, al enterarse de que ese hombre era el salvador de la vida de Silvi, todos los miembros de la familia Herrera se mostraron entusiastas, atentos y cariñosos con Santos, colmándolo de atenciones.
Él, abrumado por tantas muestras de afecto, se sintió muy cohibido y, antes de la comida, se excusó rápidamente para marcharse.
En la entrada de Hacienda La Esperanza, Santos miró a Cecilia con fastidio.
—¿Y esto qué fue? ¿Conocer a los suegros?
Cecilia, sonriendo con los ojos entrecerrados, se acercó a su oído con cierto aire de orgullo.
—Claro, ¿por qué no? Que mi hombre ideal venga a casa es una suerte para mi familia, ¡un privilegio para todos! —¡No digas tonterías! —Santos le lanzó una mirada de advertencia y amagó con irse.
—¡No, no, no, me equivoqué, por favor, perdóname, mi hombre ideal! —Cecilia suplicó rápidamente y le sujetó la muñeca.

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.