Capítulo 92

Parecía un lobo enfurecido, que exudaba una violencia escalofriante que amenazaba con destrozarlo todo. Incluso su beso soportaba el peso de su ira. Un sonido desgarrador resonó en el aire y los ojos de Anneli se abrieron en estado de shock. "Ay..." Su voz finalmente escapó de su garganta. Fue un juego implacable, más bien como un ejercicio de presión unilateral. Marceau la obligaba a rendirse, provocando poco a poco en ella gritos y súplicas. Él insistió, cuestionando continuamente sus acciones, como si fuera un profesor instructivo que interroga a un estudiante con dificultades para comprender la materia. Era como si estuviera guiando al estudiante tímido para que comprendiera las soluciones con el ejemplo y lo alentara a descubrir conscientemente los principios subyacentes a sus respuestas. —No soy tu guardiana y no estoy en posición de controlarte. Desde el principio te he dado tu libertad. ¿Qué diablos esperas que haga, Marceau? —gritó Anneli, llena de ira y de agravios, con lágri