Capítulo 13

Las personas que pasaban, al ver a Sofía allí, absorta, se mostraron algo sorprendidas. —¿Por fin saliste? ¿No querías saber quién te salvó? Fue el profesor Ramón quien te salvó. Aquella persona le contó que había sido él quien la llevó de vuelta desde la costa en plena tormenta. En aquel momento, ella tenía heridas por todo el cuerpo, una fiebre que no cedía y había estado debatiéndose entre la vida y la muerte durante tres días enteros. Ramón la cuidó sin dormir ni descansar, y solo cuando su fiebre finalmente bajó, se marchó. Sofía se quedó de pie frente al cuadro del pasillo; la punta de sus dedos rozó suavemente la firma "Ramón". Así que aquella silueta borrosa del rescatador que aparecía una y otra vez en sus sueños era, en realidad, el pintor que más había admirado. También era quien la había guiado en el camino del arte. No sabía cómo darle las gracias. La falta prolongada de comunicación humana hacía que no supiera cómo expresarse; después de todo lo que había vivido, las pala