Capítulo 67

El corazón de María comenzó a latir con rapidez, y la taza de café en su mano tembló levemente. Respiró hondo, intentando calmarse, pero en su mente no dejaban de resonar las palabras de sus compañeras. —Beatriz... Diego fue al hospital en cuanto se enteró... Durante todo el día, María estuvo un tanto ausente, como si su espíritu vagara lejos. Al terminar la jornada, condujo directamente a casa. Por suerte, Diego ya había regresado. Apenas puso un pie dentro, percibió el aroma intenso de la comida recién hecha, lo que la dejó momentáneamente sorprendida. De pronto, una silueta erguida y alta salió de la cocina. —¿Ya volviste? Justo a tiempo, el gazpacho está casi listo. Es muy nutritivo, deberías tomar un poco más. María asintió. —Está bien, gracias por el esfuerzo. —Voy a preparar un par de platos más y todo estará listo. Siéntate a ver un poco de televisión y espera un momento. Dicho esto, Diego regresó a la cocina para seguir con lo suyo. María se quedó en el umbral, contemplando la