Capítulo 84
—Siéntate.
Alejandro dio la orden con voz grave.
María arrugó levemente la frente, sin comprender su intención. Sus extremidades estaban algo cansadas, así que, agotada, caminó hasta el sofá frente a él y se sentó.
Pero apenas había tocado el asiento cuando escuchó cómo una frase suya caía como un golpe. —¿Hace un momento, me llamaste por mi nombre?
El corazón de ella se tensó al instante.
Laura era una guardaespaldas contratada por él, y siempre lo había llamado "señor Alejandro". ¿Cómo podría haberlo llamado solo por su nombre?
La había atrapado, pero María recuperó pronto la calma y explicó con voz serena: —Señor Alejandro, ¿ahora mismo todavía tiene ánimo para enredarse con un pequeño error mío de pronunciación?
—¿Error?
Alejandro recordaba que, cuando ella lo protegió del disparo de escopeta, también había gritado su nombre, pero entonces no le había dado importancia.
Ahora era distinto. La mirada afilada de Alejandro, semejante al pico de un halcón, se clavó en María. Volvió a pr

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.