Capítulo 90
Lourdes se sintió desanimada, pero al ver de pronto la bata de hospital que llevaba puesta, recuperó el ánimo: —Pero sigo hospitalizada.
—¿Y eso qué?
—Entonces... Aunque podría ir, no ahora.
Lourdes miró el semblante sombrío de él y agregó:
—No quieres ir, ¿verdad?
Los ojos oscuros de Roberto se entrecerraron ligeramente, había visto a través de sus verdaderas intenciones.
Sin importar lo que Lourdes dijera, él no lo iba a permitir.
Ella frunció los labios y solo pudo rendirse.
—Entonces... ¿Cuándo vamos a ver a tu abuelo?
—Este fin de semana.
Respondió Roberto con voz calma, moviendo apenas los labios.
Al ver la expresión de asombro de ella, le dio unas suaves palmaditas en el hombro, tratando de tranquilizarla.
—Pronto o tarde, será igual. Solo es una comida familiar.
Hizo una breve pausa, como si acabara de recordar algo y añadió sin expresión alguna.
—Pero no es como la de la familia Escobar. Solo serán unas cuantas personas.
Lourdes ya no podía sonreír, de verdad tenía una habilid

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