Capítulo 44

Alexandra era consciente de que su temperatura corporal solo seguiría subiendo con cada segundo que permaneciera de pie en este clima lluvioso. Después de haberle rendido homenaje a sus padres, ella secó las lágrimas de sus ojos y realizó una reverencia. “Mamá, papá, por favor no se preocupen por mí. Hice una promesa y planeo cumplirla pase lo que pase”. Tras haber besado la parte superior de ambas lápidas, ella hizo una última reverencia y se dio la vuelta para retirarse, pero justo cuando intentó dar el primer paso, su visión se nubló y sus piernas se debilitaron. Inmediatamente después, su cuerpo cayó al suelo y sintió un fuerte dolor en sus rodillas. ¡Pero qué mala suerte tenía! ¿Por qué tenía que enfermarse justo un día antes del aniversario del fallecimiento de sus padres? ¿Y ahora también tenía que lidiar con esto? A estas alturas, el día ya no podía empeorar. “¡Fantástico! ¡Simplemente fantástico!”, gritó ella mientras golpeaba con cólera el suelo que había sido mojado por la l