Capítulo 59

Oscuridad. Todo lo que podía ver era oscuridad. Alexandra parpadeó dos veces mirando el techo en penumbra y suspiró. Luego, se giró, alcanzó su lámpara de noche y la encendió con un chasquido. Al instante, la brillante luz púrpura iluminó toda la habitación. Permaneció inmóvil en la cama unos instantes antes de ponerse de lado para ponerse en posición fetal. Se sentía perturbada. Había pasado una semana entera desde que le dieron el alta en el hospital y, sin embargo, no había podido conseguir ni la más mínima pista sobre Natalie Marsh. El teléfono que le proporcionaron ya no funcionaba cuando intentó llamar, y la residencia estaba vacía desde hacía mucho tiempo. Fue como si la mujer se hubiera desvanecido en la nada, llevándose consigo su existencia. Para Alexandra, esto suponía un problema, ya que si no podía conseguir ni una sola información sobre ella en Internet o en su base de datos, tendría que hackear el sistema de información del país, y la última vez que lo había hecho no hab