Capítulo 67
Así que era por eso. En el momento en que Pablo me tendió la mano, el corazón me dio un pequeño vuelco.
Entramos despacio en el salón y, por un instante, el bullicio del cóctel se apagó con la llegada de Pablo.
Un hombre bajo y regordete se acercó con una sonrisa servil: —Presidente Pablo, cuánto tiempo sin verle. Con su presencia, este hotel se viste de gala.
Pablo tomó una copa de champán de manos de un camarero: —Con una invitación suya, por supuesto que tenía que venir.
El falso intercambio de cortesías me resultaba tan gracioso que tuve que contener la sonrisa.
El presidente Miguel bromeó: —Hoy está usted más apuesto que nunca. Solo con su porte, ya acapara todas las miradas.
Pablo soltó una carcajada: —Será por su buena compañía, que hasta mi apariencia se deja ver.
—Y esta señorita es muy hermosa también. —Añadió Miguel, con una mirada pegajosa que se posó en mí.
Detesté aquel gesto y fruncí levemente el ceño.
El tono de Pablo se endureció: —Está usted de broma. Si no hay nada m

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.