Capítulo 357 Esta noche él es muy gentil
—Usaré tu habitación para trabajar.—Ángel se acercó a ella. —Dame la mano, extiéndela.
Él vivía en la suite del último piso, donde el internet era más rápido que en su habitación. ¿Qué trabajo tenía que hacer precisamente allí? Silvia extendió la mano con hesitación.
Él arrojó dos pastillas blancas.
—Son somníferos, tómalos y duerme.
Silvia apretó la mano: —Podré dormir... Presidente Ángel, por favor regresa a tu habitación.
Ángel observó su expresión cansada y su cabello desordenado, y de repente, sin previo aviso, la besó en los labios.
¡—!
Silvia inmediatamente se inclinó hacia atrás.
Ángel agarró la parte posterior de su cabeza con su gran mano, impidiendo que se esquivara, y profundizó el beso. Silvia respiraba con dificultad, empujando torpemente su pecho con ambas manos, incapaz de evitar emitir un gemido sofocado: —Mmm.
Ángel la soltó, y Silvia rápidamente se envolvió en la manta, rodando hacia el interior de la cama, mirándolo con cautela.
Ángel no la siguió, sosteniendo su

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