Capítulo 170

Extendí el pie y lo retiré rápidamente, observando en silencio a los dos bajo la lluvia. La persona que bajó del coche rojo fue María. Sonreí amargamente, ¿no era ella? ¿Quién más podría estar ahora aferrándose a Víctor si no era María? María continuó sujetando a Víctor mientras lloraba: —¡Dime algo! Víctor, no hagas esto, ¡snif, snif...! De verdad no te estoy mintiendo, estoy embarazada. Silenciosamente, abrí la cámara de mi teléfono y los enfoqué. Víctor, con una expresión vacía, permitió que María agitara su mano. Su mirada atravesaba la niebla de la lluvia, mirando hacia el edificio. Sabía que estaba mirando mi departamento. De repente, algo en mi corazón se conmovió sin razón alguna. No dolía, no era angustiante, pero definitivamente no era algo agradable. Escuché la voz de Víctor, tan fría como la lluvia: —María, ya te lo he dicho muchas veces, todo ha terminado entre nosotros. ¿Por qué no lo aceptas? El llanto de María se escuchaba fuerte, completamente alejado de la imagen eleg