Capítulo 72
Apenas bajó del auto, José se precipitó hacia él y comenzó a recriminar a Teodoro.
—Teodoro, te confié a Nancy, ¿y así es como la proteges? ¡Si a Nancy le pasa algo, no te lo voy a perdonar!
Teodoro apretó los puños, con la irritación alcanzando su punto máximo.
—¡Cállate! —rugió—. ¡Si tienes tiempo para detenerme aquí, más te vale aprovecharlo para ir a salvarla!
"¡Pum!"
En el edificio abandonado, algo cayó desde lo alto, provocando un estruendo enorme.
A la luz, la silueta de una prenda negra en el suelo, no muy lejos, resultaba especialmente llamativa.
Un "boom" le estalló en la cabeza.
José salió disparado hacia aquella dirección.
—¡Nancy!
¡Ella no podía estar muerta, no podía!
El corazón de Teodoro también dio un vuelco, pero enseguida apretó los labios.
Nancy no podía morir así; era demasiado astuta, como una pequeña zorra.
Incluso si la habían secuestrado, encontraría la manera de enfrentarse a ellos. Jamás podría... morir tan fácilmente.
Conteniendo la extraña sensación en el p

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