Capítulo 10
El sueño de Nicolás se desvaneció al instante. Se incorporó de golpe en la cama.
¿Divorciado? ¿Un anuncio público en toda la ciudad?
Marcó enseguida, la voz helada: —Encuentren al encargado de las pantallas electrónicas de la ciudad. Quiero saber en tres minutos quién autorizó la transmisión de eso.
Antes de terminar la orden, la pantalla del dormitorio se encendió sola: las noticias anunciaban oficialmente su divorcio con Mariana.
[El matrimonio entre Nicolás y Mariana ha sido disuelto a partir de hoy. Desde este momento, ambos quedan desligados. Mariana ha recuperado su soltería: pretendientes, sean bienvenidos.]
Cada palabra era una bofetada resonante en su rostro.
La ira le subió a la cabeza como una llamarada. Su expresión se volvió tan oscura que parecía a punto de pulverizar el teléfono en la mano.
¿¡Cómo se atrevía!?
¿Quién le dio el valor para humillarlo públicamente de esa manera?
¿Divorcio? Sin su firma, ¿cómo podía haberse completado el trámite de divorcio?
Le gritó a Eduar

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