Capítulo 14

Piedras Rojas de Valdemar, Jardín del Sol. Cuando Jacinto llegó, Catalina había salido a hacer compras, y la vecina, de manera amable, lo invitó a descansar un rato en el patio trasero. El zumbido de las cigarras llenaba el aire. Jacinto se acomodó en el columpio, y todo lo que alcanzaba su vista le parecía al mismo tiempo extraño y familiar. En la pared, colgaban los dibujos hechos a mano que más le gustaban a Catalina. A sus pies, florecían las flores favoritas de ella. En el aire flotaba el aroma del vino que más adoraba... Una avalancha de recuerdos irrumpió en su mente. Durante el tiempo en que estuvieron enamorados, Catalina le había descrito el sueño más hermoso que guardaba en su corazón. Ella decía que quería tener un pequeño patio, con flores, con árboles y vino. Para estar con la persona que amaba. Ahora, ella había recreado todo eso en la casa de huéspedes. ¿Acaso eso significaba que aún guardaba un profundo afecto por Jacinto? Con ese pensamiento, el corazón de Jacinto com