Capítulo 61
—¡Tú! —Sofía, furiosa, lo señaló de golpe—. ¡Insensato!
—¿De verdad pensaste siempre que Carolina te montó una escena por un simple rosario sin valor, y que por eso rompió contigo? ¿Sabías que ese rosario lo pidió para sellar el destino de ustedes dos?
La mirada de Melchor titiló un instante y, con la culpa asomando, apenas logró contener un poco de su ira.
Con expresión compleja, respondió: —Doña Sofía sé que no estuve bien en ese asunto, pero Carolina tampoco lo dejó claro. Fue ella quien se empeñó en romper. Después de la ruptura, si quería volver, bastaba con que me dijera unas palabras suaves y todo estaría arreglado.
—Pero en lugar de eso, corrió a quejarse delante de ti y de Don Antonio, buscando que la ayudaran a reconciliarse, haciendo que ustedes me vieran con prejuicio. Incluso quiso que me pusieran en aprietos, haciéndome esperar toda una tarde afuera de su casa. ¿Cómo no iba a enfadarme?
La mirada de Sofía hacia él también se volvió compleja. —Ella no se quejó, ni pidió a

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